Hoy, 8 de marzo, no sólo celebramos, sino que cogemos impulso para continuar más fuertes en la lucha. No se trata de un día de fiesta, si no de un día de recordar y reflexionar sobre todas las injusticias que se cometen contra las mujeres, sólo por el hecho de ser mujeres. No basta con salir a la calle en este día, agitar una pancarta, dar cuatro gritos, hacernos la foto y volver a casa para olvidar el verdadero sentido del feminismo.
Se trata de una lucha de todos los días, durante toda la vida. De aportar nuestro granito de arena para cambiar las cosas, empezando por cambiarlas en lo más pequeño de nuestro día a día. De colaborar en la lucha como cada una considere, pero sobre todo, de no permitir ni dejar pasar ni un solo atisbo de machismo.
Las representantes de las trabajadoras de CGT en Global Rosetta estamos trabajando por la Igualdad en nuestra empresa, donde tenemos por objetivo:
- La renovación del Plan de Igualdad donde se recojan medidas tendentes a alcanzar la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres.
- Que se aborde la brecha salarial de género y se tomen medidas concretas para garantizar la igualdad de remuneración por trabajo igual.
- La igualdad de oportunidades en el lugar de trabajo, incluyendo la igualdad de acceso a la formación, que sea impartida en horario laboral y de mañana.
- Romper el techo de cristal y eliminar el suelo pegajoso.
- Eliminación de la discriminación en la contratación.
- Disponer de un claro Protocolo de Acoso.
- Que las reducciones de jornada por cuidados no recaigan mayoritariamente en las mujeres y que no sean un impedimento para la promoción profesional.
- Que se respeten los acuerdos de mejoras de los permisos de maternidad y paternidad ya existentes.
Los últimos cambios legislativos nos están facilitando este camino, como por ejemplo, la obligatoriedad a las empresas de la realización de un Registro Retributivo, una radiografía de los salarios de la empresa que permite identificar posibles desiguales en las retribuciones salariales entre hombres y mujeres.
Os animamos a colaborar, para que ese granito de arena se convierta en una montaña desde cuya cima, juntas, podamos lograr un cambio significativo y crear un futuro mejor para todas las mujeres y para las generaciones venideras.
El 8M no es fiesta, es lucha.
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