Todos conocemos la política de evaluación del desempeño vigente en Telvent basada en la denominada “curva de la energía”. Esta política consiste en posicionarnos a cada uno de nosotros en una distribución estadística donde el porcentaje de compañeros mejor evaluados son supuestamente promocionados salarial y profesionalmente.
Este método de evaluación no es una idea original de Telvent sino que viene siendo usado por algunas compañías ya desde la década de los 80. Sus resultados son bastante discutibles, tal y como muestra un reciente artículo sobre sus consecuencias en una empresa tan importante como Microsoft y sin duda referente en nuestro sector: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013-08-27/la-curva-de-la-vitalidad-el-metodo-de-gestion-que-llevo-a-microsoft-al-fracaso_21219/
En este artículo se reflexiona sobre las carencias de este sistema basado en la comparación por resultados, que provocó en Microsoft que los empleados se preocuparan más en aparecer bien situados en el ranking que en aportar un verdadero valor a la empresa y que terminó fomentando una competitividad insana entre compañeros.
Por lo que a nosotros respecta, sólo constataremos que la desconfianza en este sistema de evaluación existente en TGS es abrumadoramente mayoritaria, tal y como demostró la encuesta sobre clima laboral llevada a cabo por el Comité de Empresa de Madrid el año pasado. Las causas fundamentales de este rechazo son muchas y variadas: la falta de implicación de muchos de los responsables encargados de su ejecución, la sensación de que sólo es un trámite para justificar la promoción de unos pocos realmente elegidos por otros criterios, las dudas que a muchos nos causan los criterios supuestamente objetivos usados para hacerla…
Demasiadas dudas y críticas pesan sobre nuestra “curva de la energía”. Y normalmente cuando el río suena, agua lleva.
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