Después de aguantar años subcontratado en una empresa, o contratado por la subcontrata de la subcontrata. O sabiendo que hay hasta cuatro empresas interpuestas que se llevan dinero en cada subcontratación, cuando podrías tener un sueldo casi el doble de alto.
Después de mentir al cliente diciendo que tienes un perfil técnico y profesional superior al que en realidad tienes, con el coste personal y de estrés que eso conlleva, al tener que trabajar con entornos con los que no estabas familiarizado en realidad.
Después de tener que mentir en las imputaciones, simulando que trabajas en otro cliente, porque tu proyecto va mal y el gerente hace el enésimo trapicheo con las horas y las imputaciones.
Después de tener que asumir tareas y responsabilidades por encima de la categoría por la que en realidad te pagan.
Después de sufrir el estrés y las consecuencias de proyectos mal planificados, o “colados” al cliente con plazos que se sabía desde el principio que eran materialmente imposibles de cumplir.
Después de jornadas interminables y horas extras sin remunerar, de sufrir las peticiones y el chantaje para hacer los habituales “esfuerzos”, con la promesa de todas esas horas se canjearán por vacaciones “en cuanto acabe el proyecto”.
Después de eternizarte en proyectos monótonos y sin ninguna perspectiva profesional, después de comprobar que quedarte embarazada supone el estancamiento profesional en el mejor de los casos, cuando no el despido al poco tiempo, después de años sin recibir formación, después de ver como no te pagan la antigüedad por la cara, después de cambiar de trabajo y ver que todas las horas que te debían de vacaciones no te las van a pagar.
Después de comprobar que en el nuevo trabajo te a va a suceder exactamente lo mismo, y que los emprendedores que montan sus pequeñas “cárnicas” explotan y se auto-explotan aún más que en las empresas grandes, pero bajo una aparente libertad, que en realidad no disfrutan…
¿De verdad te crees mejor que quien te sirve la comida en la cantina, mejor que quien pasa la aspiradora por encima de ti mientras vuelves a hacer horas extra en la oficina, o mejor que quien conduce el autobús cuando vuelves a casa cuando todos los comercios están cerrando?
¿De verdad crees que individualmente alguna vez vas a mejorar tus condiciones de vida?
¿De verdad crees que sin las herramientas, que son los sindicatos, alguna vez vamos a poder cambiar la realidad del sector?
Cada vez más y más personas del sector TIC están reflexionando sobre estas cuestiones. Se acerca la Singularidad, se acerca la hora en que las y los trabajadores del sector TIC se darán cuenta que son obreros con teclado.
Es hora de organizarse y luchar. Es hora de salir a la calle. ¡Ven a la manifestación del 20 de septiembre! A las 19:30 en Gran Vía
Por unas condiciones de vida dignas. Por unos horarios y unas condiciones laborales dignas. Por los derechos de las trabajadoras y los trabajadores.
Caminando hacia una huelga general en el sector informático y hacia una huelga general indefinida.
“¡Viva la lucha de la clase obrera!"
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